Hemos festejado el uno dé mayo el Día Internacional del Trabajo, es decir la fecha memorable en que los Mártires de Chicago legalizaron sus Derechos Laborales; entre ellos: la jornada de las OCHO HORAS. Irónicamente la gran mayoría de trabajadores cumplen una jornada laboral abusiva que los obliga a trabajar doce y hasta más horas diarias.
Los patrones, empresarios o también llamados empleadores, consideran que dar trabajo es un FAVOR, por el cual tienen que agradecerles los trabajadores, regalándoles horas extras de su esfuerzo, otras de las formas como se debe agradecer es la sumisión y el silencio ante el abuso, que a la postre viene a ser una complicidad obligada para mantenerse en el puesto de trabajo, aunque sepa que por esa misma razón otros y hasta el mismo perderán su trabajo.
Triste situación que atraviesan los trabajadores sin que nadie diga "ésta boca es mía", no hay autoridad que haga cumplir la Ley, aunque ésta esté dada, lo que confirma que al político y autoridad burocrática únicamente le interesa conservar su trabajo, no que el trabajador lo conserve, tal parece que la autoridad laboral sólo está al servicio de los patrones.
Es tanta la soberbia por parte de los patrones que a través de sus influencias parlamentarias proponen leyes absurdas para el desconocimiento de los derechos laborales, como jornadas de más de ocho horas diarias, desconocimiento del dominical, recorte de los días de vacaciones, proposiciones tan adsurdas como vergonzosas que pretender justificar arguyendo que esas nuevas leyes serán sólo para los "nuevos trabajadores". ¿Cómo deben de envidiarlos los exclavistas de antaño?, Estos "negreros" creen que los verdaderos Mártires y Luchadores Sociales sólo han defendido y defienden derechos personales.
El respeto a los Derechos Laborales es y debe ser una permanente PRACTICA SOCIAL y las autoridades deben velar por su irrestricto cumplimiento, sancionando drásticamente a los que la incumplen o desconocen; ¿Para qué queremos empleadores que no valoran el esfuerzo de sus trabajadores?, esfuerzo que se traduce en riqueza y prosperidad para sus empresas; la INJUSTICIA SOCIAL jamás debe quedar IMPUNE.
Los artifugios para evadir responsabilidades laborales deben de ser detectadas por la autoridad de trabajo y resueltas con sanciones ejemplares a la brevedad posible, para evitar que el poderoso "Don Dinero" no tenga tiempo de comprar conciencias y voluntades. Son muy conocidos los casos donde se exigen a los postulantes a un puestos de trabajo, letras firmadas en blanco, garantías hasta en efectivo, contrataciones a prueba, pagos diferidos o por partes, responsabilidades por perdidas, etc, etc, que a la larga van en perjuicio del trabajador.
No se puede atentar contra los Derechos fundamentales del trabajador, quien tiene la esperanza de llevar un pan a su hogar producto de su esfuerzo; que dicho sea de paso nunca está adecuadamente remunerado. No se debe permitir estos malos ejemplos, ni siquiera en los casos que pudieran considerarse nimios, porque el atentado contra un Derecho Laboral es un Delito de Lesa Familia y por lo tanto un atentado contra la Humanidad, aunque paresca exagerado decirlo.
Instemos pues a nuestros trabajadores, tanto manuales como intelectuales, tener bien en alto la bandera de la DIGNIDAD, que siempre ha sido característica fundamental de los trabajadores y de empleadores honestos que apuestan por el desarrollo en sana convivencia.
¡TRABAJADORES Y EMPLEADORES HONESTOS DEL MUNDO UNIOS!
Esta es mi modesta opinión, salvo mejor parecer.
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